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14/4/2022

DEJANDO HUELLA... un boyero de la Sierra de Platanares

Dice una de las estrofas de la canción llamada De vez en cuando la vida, del cantautor Joan Manuel Serrat:

“De vez en cuando la vida

Afina con el pincel

Se nos eriza la piel, y faltan palabras

Para nombrar lo que ofrecen

A los que saben usarla”

Hace unos días, tuve la dicha de caminar por las calles rurales de la comunidad La Sierra de Platanares de Pérez Zeledón, ahí entre la cordillera de Talamanca y la costa del Pacífico se encuentra esta comunidad rural, agrícola... entre cañales, potreros, trapiches y cafetales pinta sus días y sus esperanzas… caminando entre su gente pude tararear esta estrofa escrita por Joan Manuel Serrat… y de verdad faltan palabras para nombrar lo que ofrecen a los que saben usarla…

De vez en cuando la vida nos permite toparnos con un hombre, boyero, abuelo y tallador de yugos… un hombre con tiempo para la gente, sus historias las muele al ritmo del trapiche, sus bueyes Palomos ayudan a extraer los mejores jugos de la caña… sus historias inician en el la Zona de los Santos y de güila se vino a vivir en estas tierras color ladrillo… un hombre con un buen corazón, un hombre que abraza con sus palabras, consejos y buena amistad…

En el centro del poblado tiene su trapiche y un negocio familiar, este lugar es una especie de consultorio, ahí regala tiempo, su terapia es dejar que las agujas del reloj desaparescan… ese tiempo tan urgente en estos días… lo acompaña con escucha y extender sus manos fuertes de abuelo y dejar huella a su paso… eso que llamamos bonachón... hombre de buen corazón… Cuando lo conocí, pasaba con su carreta y bueyes, de primera entrada, pensé en un hombre recio, serio y de pocas palabras, pero que dicha que mi apreciación fue errónea… es un hombre de buen corazón, amoroso, con buen humor… igualmente debe tener sus días, de esos que chiman y hay que llevar la carreta a otro ritmo…

Don Cliver Vargas Rivera, además de comerciante, boyero y trapichero, también talla yugos… ahí en su trapiche tiene sus herramientas sobre una mesa de carpintería y con golpes certeros poco a poco moldea la madera… desde güila tomó el machete y hoy con más de 70 años es todo un maestro del tallado deyugos…

Creo que su trapiche es solamente una excusa, pues ese espacio, es más un lindo lugar para encontrarse con sus amistades… junto con su esposa doña María Navarro Porras atienden a sus vecinos y amigos… me atrevo a decir que ese lugar es el centro de la comunidad…

Don Cliver me dejó algunas lecciones: en el paso por la vida deja huella,… ser buena yunta,… moler recuerdos dulces… y tallar lo indeleble…

De vez en cuando la vida…

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