Tejiendo Tiquicia...
Tejiendo Tiquicia…
Me imagino la carreta como una aguja tirada por dos bueyes, el boyero como el tejedor…
Aquella madrugada don Quincho enhebró su carreta, aquella que su abuelo le regaló a su papá cuando se casó, ya han pasado muchos años y hoy la carreta pertenece a don Quincho, supadre se la heredó antes de viajar a la eternidad… esa carreta tiene un canto exquisito,es una carreta tejedora… más de ochenta años tejiendo…
La carreta tejedora está lista, aún el sol no se asoma, el cajón está lleno de tapas de dulce de la molienda, apenas de la madrugada del día anterior, veinte brazadas de caña de azúcar se convirtieron en el dulce yen unos días serán jarras de aguadulce con leche…
Don Quincho y su hija Inés están listos para tejer… enhebran la carreta con un buen barzón, en su caminar van uniendo comunidades, van tejiendo lazos… ese gran tejido se llama Tiquicia… todos los días las carretas tejen, el telar crece y los hilos se mueven al rito de las carretas… las fronteras se hacen más cercanas, hoy hay hilos de historias entre la vieja capital llamada Cartago, los hilos llegan a Turrialba, llegan más lejos, se mueven por Pejibaye, Orosi, Cervantes, Paraíso… y mucho más al oeste del Valle Central… hay lazos que escribe el huellón de la carreta, teje y teje… hay hilos con la Villa de Cubujuquí, Barva, Santa Bárbara… hay hilos más atrevidos por la ciudad de los mangos, Grecia, Sarchí, Palmares, Atenas, San Mateo, Orotina y llegan hasta mojarse en el océano Pacífico… hay tejidos con fragancia a café…
La carreta enhebrada de don Quincho lleva los hilos al ritmode los Achotes, es su yunta de pelaje rojizo y unas pintas blancas… Inés les corta un poquito de pasto del camino y los bueyes lo disfrutan… siguen tejiendo. Luego de unas seis horas de llevar los hilos, llegan al mercado… ahí hay otros boyeros tejedores, unos con arroz y frijoles de Puriscal, otros con candelas y cebo de Cañas y Bagaces Guanacaste… hay hilos de aquí y de allá…tejen cada día Tiquicia, el telar crece, cada día hay más carretas enhebradas con hilos de muchos colores, apellidos, comunidades y sabores… todo huele a Tiquicia…
La carreta de don Quincho ya bajó todo el dulce, no duró mucho en vender su carga… sus tamugas y ataos tienen fama de ser un excelente dulce… la abuelita en casa dice “Y me trae una tamuga del mercado, pero solo si es del trapiche de don Quincho”… la carreta ahora es enhebrada con candelas, sal, arroz y una lata de manteca, el resto lo provee la finquita con sus gallinas, chancos, una vaquita Doran para la leche de la güilada, naranjas, chayotes, tacacos, bananos y plátanos… y más al fondo cuatro manzanas con café…
De regreso a casa siguen tejiendo… tejen y tejen…
Para principios de 1900 las caravanas por los Montes del Aguacate con rumbo Puntarenas superaban las 500 carretas tejedoras, el Censo Nacional de 1950 nos dice que existían 16.600 carretas tejedoras en Tiquicia… Tejieron este Bicentenario, tejieron el desarrollo, tejieron en la lucha contra los filibusteros, tejieron el 25 aniversario del Desfile Nacional, tejieron los 16 años de la Proclama de la UNESCO al declarar como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad al boyeo costarricense y todos sus saberes…
Seguimos tejiendo…
Alejandro Guevara Muñoz
Boyeotico 30/11/2021